GNOSIS
LA ESTRUCTURA DE LA MÁQUINA HUMANA
Por: samael aun weor
LA ESTRUCTURA DE LA MÁQUINA HUMANA
Por: samael aun weor
Cuando tratamos de
imaginar en forma clara y precisa el resplandeciente y alargado cuerpo del
sistema solar con todas sus hermosas cubiertas e hilos entrelazados formados
por el trazo maravilloso de los mundos, viene entonces a nuestra mente en
estado receptivo la imagen vivida del organismo humano con los sistemas
esquelético, linfático, arterial, nervioso, etc., que fuera de toda duda están
constituidos y reunidos de modo semejante.
El sistema solar de
Ors, este sistema en el cual vivimos y nos movemos y tenemos nuestra
existencia, visto desde lejos parece un hombre caminando a través del
inalterable infinito.
El micro-cosmos
hombre es a su vez un sistema solar en miniatura, una máquina maravillosa con
varias redes distribuidoras de energía en distintos grados de tensión.
LA ESTRUCTURA DE LA
MÁQUINA HUMANA………
La estructura de la
máquina humana consta de siete u ocho sistemas sostenidos por una armazón
esquelética formidable y reunidos en un todo sólido, gracias al tejido
conectivo.
La ciencia médica ha
podido verificar que todos estos sistemas del organismo humano están
debidamente unidos y armonizados por el sol del organismo, el corazón
vivificante, del cual depende la existencia del micro-cosmos hombre.
LAS GLÁNDULAS DE
SECRECIÓN INTERNA………
Cada sistema orgánico
abarca el cuerpo entero y sobre cada uno reina soberana una de las glándulas de
secreción interna.
Realmente estas
maravillosas glándulas son verdaderos micro-laboratorios colocados en lugares
específicos en calidad de reguladores y transformadores.
Fuera de toda duda
podemos afirmar enfáticamente que estos micro-laboratorios glandulares tienen
la altísima misión de transformar las energías vitales producidas por la
máquina humana.
LA OCTAVA DE LOS
ALIMENTOS………
Se ha dicho que el
organismo humano obtiene sus alimentos del aire que respiramos, de la comida
que comemos y de la luz del sol.
Los
micro-laboratorios glandulares deben transformar las energías vitales de estos
alimentos, y esta es una labor sorprendente y maravillosa.
Cada glándula debe
transformar la energía vital de los alimentos precisamente al grado de tensión
requerida por su propio sistema y función.
El organismo humano
posee siete glándulas superiores y tres controles nerviosos.
La ley del siete y la
ley del tres trabajan intensamente dentro de la maquina humana.
El cerebro espinal
produce esas rarísimas funciones conscientes que a veces se manifiestan en el
animal intelectual.
El simpático estimula
a la maravilla las funciones inconscientes e instintivas, y el parasimpático o
vago frena las funciones instintivas y actúa como complemento del último.
LA LEY DEL TRES………
Tenemos plena razón
para afirmar sin temor a equivocamos, que estos tres controles nerviosos
representan la ley del tres, las tres fuerzas primarias dentro de la maquina humana,
así como las siete glándulas endocrinas y sus productos representan la ley del
siete con todas sus octavas musicales.
Existe a todas luces
un control para soltar impulsos nerviosos activos; otro para soltar impulsos
nerviosos pasivos y un tercero para soltar los impulsos mediadores del
pensamiento, de la razón y de la conciencia.
Los nervios como
agentes de la ley del tres controlan a las glándulas que como ya dijimos,
representan a la ley del siete.
Los nervios controlan
a las glándulas pero a su vez son también controlados, esto es semejante a las
funciones especificas de los planetas que se mueven alrededor del sol, estos
mundos controlan y son controlados.
Ya lo dijimos y lo
volvemos a repetir que la máquina humana tiene cinco centros.
El primero es el
centro intelectual; el segundo es el centro emocional; el tercero es el centro
del movimiento; el cuarto es el centro del instinto; el quinto es el centro del
sexo.
Hemos explicado
muchas veces que los cinco cilindros de la máquina humana están
desgraciadamente controlados por el “yo” pluralizado, por esa legión de “yoes”,
que viven en esos centros psico-fisiológicos.
La máquina humana
como cualquier otra máquina se mueve bajo los impulsos de las fuerzas sutiles
de la naturaleza.
LAS RADIACIONES
CÓSMICAS Y EL YO PLURALIZADO………
Las radiaciones
cósmicas en primer lugar y el “yo” pluralizado en segundo lugar son los agentes
secretos que mueven a las máquinas humanas.
LA RADIACIÓN
CÓSMICA………
La radiación cósmica
está formada por dos grandes grupos de componentes que así como obran dentro
del gran laboratorio de la naturaleza, así también trabajan dentro de la
máquina humana.
EL PRIMER GRUPO DE LA
RADIACIÓN CÓSMICA………
El primer grupo de la
radiación cósmica está formado por rayos de gran dureza y elevado poder de
penetración, procedentes del espacio sideral con energías que oscilan alrededor
de los cinco mil millones de electro voltios.
Estos rayos son los
que dan lugar a los impactos con las partículas de la alta atmósfera,
dividiéndose en nutridos haces o estrellas de rayos.
La parte dura de la
radiación cósmica está formada por protones, neutrones y mesones.
Estos últimos están
ya debidamente clasificados entre positivos, negativos y neutros de acuerdo con
la ley del tres.
EL SEGUNDO GRUPO DE
LA RADIACIÓN CÓSMICA………
El segundo grupo o
radiación blanda esta formada por rayos secundarios que son producidos dentro
de la atmósfera terrestre.
Este tipo de rayos
son el resultado de los impactos de la radiación dura al chocar contra los
átomos del aire, dando lugar a los haces o estrellas de rayos, algunos de ellos
formados hasta por 500,000 partículas que en su desarrollo, llegan a cubrir
áreas muy extensas de acuerdo con las investigaciones realizadas por los
hombres de ciencia.
Se nos ha dicho que
la energía de los corpúsculos componentes de la radiación blanda oscila entre
un millón y cien mil millones de electro voltios.
CUALQUIER CONJUNCIÓN
PLANETARIA ADVERSA………
Cualquier conjunción
planetaria adversa, cualquier cuadratura nefasta de los mundos, cualquier
tensión producida por el exagerado acercamiento de dos planetas, es suficiente
para que millones de máquinas humanas se lancen a la guerra, justificándose
claro está, con muchas razones, lemas, banderas que hay que defender, motivos
por los cuales hay que pelear, etc., etc., etc.
La tontería más grave
de los animales intelectuales, es creer que hacen, cuando en verdad nada pueden
hacer, son simples marionetas humanas movidas por fuerzas que desconocen.
LAS RADIACIONES
CÓSMICAS………
Las radiaciones
cósmicas originan dentro de la psiquis subjetiva del animal intelectual,
infinitos cambios en su idiosincrasia psicológica, surgen ciertos “yoes” y se
sumergen otros; emergen a la superficie algunos “yoes-diablos” mientras otros
se pierden entre las cuarenta y nueve regiones sumergidas del subconsciente.
Entonces vienen los
asombros, las sorpresas; quien había jurado amor eterno, se retira; quien había
jurado fidelidad a la gnosis, la traiciona; quien no bebía alcohol, ahora lo
bebe; quien se había propuesto realizar cierto negocio, de pronto pierde todo
interés, etc.
Las máquinas humanas
no tienen sentido alguno de responsabilidad moral, son simples marionetas que
piensan, sienten y obran de acuerdo con el tipo de “yo” que controla los
centros capitales de la máquina en un instante dado; si ese tipo de “yo” es
desplazado, la marioneta humana modifica de hecho sus procesos mentales y
sentimentales, resultando de ello acciones distintas y hasta opuestas.
El “yo” que cada ser
humano lleva dentro de si mismo es una pluralidad y su verdadero nombre es
legión.
LA RONDA DE LOS
“YOES” DEPENDE DE LAS RADIACIONES CÓSMICAS………
La ronda de estos
“yoes-diablos”, su continua y terrible lucha por la supremacía depende de
muchas influencias externas e influencias internas y en última síntesis de las
radiaciones cósmicas.
El sol con su calor y
el buen o mal tiempo dan de inmediato lugar a que surjan determinados “yoes”
que se apoderan de la máquina; algunos de estos “yoes” suelen ser más fuertes
que otros.
La lluvia, las
contrariedades, las vanas alegrías pasajeras originan nuevos y molestosos
“yoes”, pero la pobre marioneta humana no tiene noción de estos cambios porque
tiene la conciencia dormida, vive siempre en el último “yo”.
Ciertos “yoes”
dominan a otros porque son más fuertes, pero su fuerza es la fuerza de los
cilindros de la maquina; todos los yoes son el resultado de las influencias
externas e internas; en el animal intelectual no existe verdadera
individualidad, es una maquina.
samael aun weor
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