martes, 11 de agosto de 2015

LA ESTRUCTURA DE LA MÁQUINA HUMANA

GNOSIS
LA ESTRUCTURA DE LA MÁQUINA HUMANA
Por: samael aun weor

Cuando tratamos de imaginar en forma clara y precisa el resplandeciente y alargado cuerpo del sistema solar con todas sus hermosas cubiertas e hilos entrelazados formados por el trazo maravilloso de los mundos, viene entonces a nuestra mente en estado receptivo la imagen vivida del organismo humano con los sistemas esquelético, linfático, arterial, nervioso, etc., que fuera de toda duda están constituidos y reunidos de modo semejante.

El sistema solar de Ors, este sistema en el cual vivimos y nos movemos y tenemos nuestra existencia, visto desde lejos parece un hombre caminando a través del inalterable infinito.

El micro-cosmos hombre es a su vez un sistema solar en miniatura, una máquina maravillosa con varias redes distribuidoras de energía en distintos grados de tensión.

LA ESTRUCTURA DE LA MÁQUINA HUMANA………

La estructura de la máquina humana consta de siete u ocho sistemas sostenidos por una armazón esquelética formidable y reunidos en un todo sólido, gracias al tejido conectivo.

La ciencia médica ha podido verificar que todos estos sistemas del organismo humano están debidamente unidos y armonizados por el sol del organismo, el corazón vivificante, del cual depende la existencia del micro-cosmos hombre.

LAS GLÁNDULAS DE SECRECIÓN INTERNA………

Cada sistema orgánico abarca el cuerpo entero y sobre cada uno reina soberana una de las glándulas de secreción interna.

Realmente estas maravillosas glándulas son verdaderos micro-laboratorios colocados en lugares específicos en calidad de reguladores y transformadores.

Fuera de toda duda podemos afirmar enfáticamente que estos micro-laboratorios glandulares tienen la altísima misión de transformar las energías vitales producidas por la máquina humana.

LA OCTAVA DE LOS ALIMENTOS………

Se ha dicho que el organismo humano obtiene sus alimentos del aire que respiramos, de la comida que comemos y de la luz del sol.

Los micro-laboratorios glandulares deben transformar las energías vitales de estos alimentos, y esta es una labor sorprendente y maravillosa.

Cada glándula debe transformar la energía vital de los alimentos precisamente al grado de tensión requerida por su propio sistema y función.

El organismo humano posee siete glándulas superiores y tres controles nerviosos.

La ley del siete y la ley del tres trabajan intensamente dentro de la maquina humana.

El cerebro espinal produce esas rarísimas funciones conscientes que a veces se manifiestan en el animal intelectual.

El simpático estimula a la maravilla las funciones inconscientes e instintivas, y el parasimpático o vago frena las funciones instintivas y actúa como complemento del último.

LA LEY DEL TRES………

Tenemos plena razón para afirmar sin temor a equivocamos, que estos tres controles nerviosos representan la ley del tres, las tres fuerzas primarias dentro de la maquina humana, así como las siete glándulas endocrinas y sus productos representan la ley del siete con todas sus octavas musicales.

Existe a todas luces un control para soltar impulsos nerviosos activos; otro para soltar impulsos nerviosos pasivos y un tercero para soltar los impulsos mediadores del pensamiento, de la razón y de la conciencia.

Los nervios como agentes de la ley del tres controlan a las glándulas que como ya dijimos, representan a la ley del siete.

Los nervios controlan a las glándulas pero a su vez son también controlados, esto es semejante a las funciones especificas de los planetas que se mueven alrededor del sol, estos mundos controlan y son controlados.

Ya lo dijimos y lo volvemos a repetir que la máquina humana tiene cinco centros.

El primero es el centro intelectual; el segundo es el centro emocional; el tercero es el centro del movimiento; el cuarto es el centro del instinto; el quinto es el centro del sexo.

Hemos explicado muchas veces que los cinco cilindros de la máquina humana están desgraciadamente controlados por el “yo” pluralizado, por esa legión de “yoes”, que viven en esos centros psico-fisiológicos.

La máquina humana como cualquier otra máquina se mueve bajo los impulsos de las fuerzas sutiles de la naturaleza.

LAS RADIACIONES CÓSMICAS Y EL YO PLURALIZADO………

Las radiaciones cósmicas en primer lugar y el “yo” pluralizado en segundo lugar son los agentes secretos que mueven a las máquinas humanas.

LA RADIACIÓN CÓSMICA………

La radiación cósmica está formada por dos grandes grupos de componentes que así como obran dentro del gran laboratorio de la naturaleza, así también trabajan dentro de la máquina humana.

EL PRIMER GRUPO DE LA RADIACIÓN CÓSMICA………

El primer grupo de la radiación cósmica está formado por rayos de gran dureza y elevado poder de penetración, procedentes del espacio sideral con energías que oscilan alrededor de los cinco mil millones de electro voltios.
Estos rayos son los que dan lugar a los impactos con las partículas de la alta atmósfera, dividiéndose en nutridos haces o estrellas de rayos.

La parte dura de la radiación cósmica está formada por protones, neutrones y mesones.

Estos últimos están ya debidamente clasificados entre positivos, negativos y neutros de acuerdo con la ley del tres.

EL SEGUNDO GRUPO DE LA RADIACIÓN CÓSMICA………

El segundo grupo o radiación blanda esta formada por rayos secundarios que son producidos dentro de la atmósfera terrestre.

Este tipo de rayos son el resultado de los impactos de la radiación dura al chocar contra los átomos del aire, dando lugar a los haces o estrellas de rayos, algunos de ellos formados hasta por 500,000 partículas que en su desarrollo, llegan a cubrir áreas muy extensas de acuerdo con las investigaciones realizadas por los hombres de ciencia.
Se nos ha dicho que la energía de los corpúsculos componentes de la radiación blanda oscila entre un millón y cien mil millones de electro voltios.

CUALQUIER CONJUNCIÓN PLANETARIA ADVERSA………

Cualquier conjunción planetaria adversa, cualquier cuadratura nefasta de los mundos, cualquier tensión producida por el exagerado acercamiento de dos planetas, es suficiente para que millones de máquinas humanas se lancen a la guerra, justificándose claro está, con muchas razones, lemas, banderas que hay que defender, motivos por los cuales hay que pelear, etc., etc., etc.

La tontería más grave de los animales intelectuales, es creer que hacen, cuando en verdad nada pueden hacer, son simples marionetas humanas movidas por fuerzas que desconocen.

LAS RADIACIONES CÓSMICAS………

Las radiaciones cósmicas originan dentro de la psiquis subjetiva del animal intelectual, infinitos cambios en su idiosincrasia psicológica, surgen ciertos “yoes” y se sumergen otros; emergen a la superficie algunos “yoes-diablos” mientras otros se pierden entre las cuarenta y nueve regiones sumergidas del subconsciente.

Entonces vienen los asombros, las sorpresas; quien había jurado amor eterno, se retira; quien había jurado fidelidad a la gnosis, la traiciona; quien no bebía alcohol, ahora lo bebe; quien se había propuesto realizar cierto negocio, de pronto pierde todo interés, etc.

Las máquinas humanas no tienen sentido alguno de responsabilidad moral, son simples marionetas que piensan, sienten y obran de acuerdo con el tipo de “yo” que controla los centros capitales de la máquina en un instante dado; si ese tipo de “yo” es desplazado, la marioneta humana modifica de hecho sus procesos mentales y sentimentales, resultando de ello acciones distintas y hasta opuestas.

El “yo” que cada ser humano lleva dentro de si mismo es una pluralidad y su verdadero nombre es legión.

LA RONDA DE LOS “YOES” DEPENDE DE LAS RADIACIONES CÓSMICAS………

La ronda de estos “yoes-diablos”, su continua y terrible lucha por la supremacía depende de muchas influencias externas e influencias internas y en última síntesis de las radiaciones cósmicas.

El sol con su calor y el buen o mal tiempo dan de inmediato lugar a que surjan determinados “yoes” que se apoderan de la máquina; algunos de estos “yoes” suelen ser más fuertes que otros.

La lluvia, las contrariedades, las vanas alegrías pasajeras originan nuevos y molestosos “yoes”, pero la pobre marioneta humana no tiene noción de estos cambios porque tiene la conciencia dormida, vive siempre en el último “yo”.

Ciertos “yoes” dominan a otros porque son más fuertes, pero su fuerza es la fuerza de los cilindros de la maquina; todos los yoes son el resultado de las influencias externas e internas; en el animal intelectual no existe verdadera individualidad, es una maquina.

samael aun weor


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